Éxtasis bajo las estrellas
Y llegaste de un viaje de trabajo, paso a buscarte un sábado temprano, el aeropuerto está vacío, esos amplios corredores, con los pisos que parecen espejos, y yo que empezaría a dar giros y danzar, estoy feliz, estas viniendo y lo siento en el aire.
Mi corazón galopa los minutos previos a abrirse la puerta, y mi sonrisa que lo dice todo, saltaría a tu cuello y te enroscaría con mis piernas, pero sé que te molestan esas demostraciones públicas de afecto, así que lo resumimos en un dulce beso y un tierno abrazo.
- ¿Qué tal el viaje?
- Bien, cansado, con ganas de llegar
Nos subimos al auto, y te miro, te miro desafiante, conoces esa mirada, sabes que tengo un plan no previsto, y que me encanta romper tus estructuras con mis ocurrencias imprevistas.
Te sigo mirando, y sonriendo, a medida que piso el auto a fondo
-Podés mirar para adelante, vamos a chocar
No sé si estas rezando de como manejo, o te mata la idea de no saber cual será tu destino
- Relajate y dormí, nos quedan 2 horas de viaje
Me insultas, me decís que estas cansado y lo único que queres es llegar a casa, yo no te escucho solo sonrío y sigo mi plan hasta el final.
El camino es realmente bello, estamos atravesando las montañas, vos dormís, y yo me dejo llevar por mis locuras.
Y te despierta el sonido del pequeño arroyo, los pájaros a lo lejos, y te quedas mirando sorprendido la pequeña cabaña contenida por la belleza natural en medio de la sierra.
- Sos loca nena, me decís mientras me abrazas y me comes la boca con un beso.
- Yo se que hoy necesitabas otras cosas, por eso quise poner mi granito de arena y verte sonreír.
Nos acomodamos, salimos a caminar a disfrutar, a mojarnos los pies en el agua cristalina del pequeño arroyo, no necesitábamos mas en este día, solo estar juntos, porque uno se disfruta de saber que está el otro a su lado, en lo simple, lo pequeño, lo natural.
Y cuando saliste de ducharte, me buscaste por la cabaña, yo estaba recostada sobre una reposera contemplando el manto estrellado, en el silencio y la frescura de la noche, viendo las estrellas caer sobre mí, te acercaste casi como en puntillas como para no alterar nada del momento que estaba sintiendo.
Y allí, me rozaste, y mis sentidos se despertaron, quería que me hagas tuya, con todo el cielo como espectador.
Delicadamente tiraste del cinto de mi bata pequeña, y mi cuerpo se expuso completamente desnudo para vos, iluminado por millones de estrellas cómplices de nuestros deseos.
Te arrodillaste a mi lado, y comenzaste a besarlo, a acariciarlo, cada centímetro recorrido por tus labios, y yo sintiendo que dejaba este mundo, y empezaba a levitar de placer.
Nos paramos, nos abrazamos, nos seguimos besando, acariciando nuestra desnudez nocturnal, embriagados por nuestros aromas, y los cuerpos comenzaron a fluir, a mojarse.
Te recostaste en la reposera y me miraste tan apasionadamente que me estremeció, me subí arriba tuyo, mis piernas te abrazaron, mi cuerpo comenzó a rozarte, nos mirábamos y nos besábamos, todo lento, todo suave, todo pausado, respirábamos lentamente, aunque estábamos profundamente excitados.
Y entraste en mí, muy despacio, casi en forma estática, casi como prolongando cada sensación, muy lento para sentirlo completamente, quedándome quieta con vos a dentro de mi, mientras me continuabas acariciando, rozando besando, sintiéndonos suaves, casi llegando al punto límite del goce pleno.
y prolongamos ese momento , cuando estábamos por llegar, volvíamos a relajarnos, para volver a sentirnos, y ya pasamos un punto de no retorno, el punto donde ya estábamos unidos en cuerpo y espíritu, donde experimentamos una explosión de placer, de sensaciones, experimentamos el éxtasis bajo las estrellas.
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me encanta cuando te pones esa bata y das vueltas a mi alrededor, provocandome .... con tanta sutileza.
ResponderEliminarNo hay palabras para describir mejor un momento tan tierno. Agradezco al de arriba que me trajo hasta aca por un RT.
ResponderEliminarAbrazo de princesa!
Abrazo princesa, bienvenida a pedalear entre mis letras
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